Esta sección revisaremos algunos conceptos del libro “MANUAL
DE POSTURAS ESTATICAS: MEDITACIÓN DE PIE” (2007) escrito por el profesor
Jerónimo Milo.
El maestro Milo es un destacado practicante de estilos
tradicionales radicado en Argentina y que ha estudiado con importantes
profesores en diversos países. Ha sido competidor destacado, dedicándose ahora a la práctica, la docencia y
al periodismo.
La obra que presentamos puede ayudar a comprender y mejorar la meditación de pie, la cual es elemento
fundamental en el entrenamiento serio del Taijiquan estilo Chen. El texto está
escrito de manera clara y con bastante
fundamentación
Gracias a la generosidad de Jerónimo Milo compartimos
algunos fragmentos del libro (si desean conseguir el texto electrónico favor de
contactar al autor vía Facebook y/o al correo jeronimomilo@gmail.com).
Disfruten fragmentos del texto
En su apartado “armonías internas” se define de manera
sencilla cómo el corazón armoniza con la intención (Yi o mente), la intención
con el Qi (chi) y el Qi guía el movimiento, estas son pautas fundamentales de
comprensión de los sistemas que expondremos en el libro.
Pero la teoría del
Chi Kung (Qi Gong) es un poco más abarcativa, así que para tener una mejor
comprensión vamos a extender los términos y conceptos usados generalmente en
las terapias medicinales tradicionales chinas y en los métodos de Qi Gong
clásicos.
Para empezar debemos saber que hay diferentes métodos y
estilos de Qi Gong, todos aplicados a diferentes funciones y propósitos. Los
hay con fines medicinales, terapéuticos, marciales, religiosos, de iluminación,
sexuales, para causar daño o para sanar a otros.
Una categorización básica que nos ayudará a entender la
manera en que se los practica es el concepto de Nei Dan y Wai Dan. “Nei” significa
“interno”. “Wai” significa “externo”. “Dan” es elixir (encontramos esta palabra
en Dan Tian, que significa “campo de elixir”).
Nei Dan sería “elixir
interno” y Wai Dan “elixir externo”, implicando de esta manera que para los
antiguos chinos la fórmula de la eterna juventud no era un elemento ajeno al
cuerpo, sino que se encontraba dentro de él.
Definimos de manera simple Wai Dan como todos aquellos
ejercicios en donde busquemos aumentar el caudal de Qi desde lo externo. Por lo
general se denomina “externo” a las extremidades o las capas más superficiales
de cualquier parte del cuerpo. En esta categoría entrarían los ejercicios que
involucren masajes o golpes y todos aquellos en los que moviendo o activando
las extremidades del cuerpo generemos una diferencia de potencia energética.
Aquí la concentración y la actividad física se concentran primordialmente sobre
las extremidades.
La búsqueda del Wai Dan es sencilla, si el nivel de energía
es bajo en el cuerpo, excitamos las extremidades ejercitándolas. Durante el
transcurso de la actividad las extremidades estarán más cargadas de energía
debido al trabajo, esto provocará que cuando descansemos o aflojemos esa zona
la diferencia de potencia de las extremidades INUNDE el resto del cuerpo,
elevando los niveles generales de energía. Este flujo reforzado también libera
estancamientos en meridianos y órganos.
Entran en esta categoría los Ejercicios clásicos como Ji Jin
Jing (I Kin Kin), Ba Duan Jin, La Sao (sacudón de manos), los masajes y golpes
sobre el cuerpo, y cualquier actividad física de estimulación de las
extremidades.
Definimos Nei Dan como todos aquellos ejercicios en donde
busquemos aumentar el caudal de Qi desde lo interno. Se denomina “interno” a
todo lo que suceda desde las partes profundas de nuestro torso. En esta
categoría entrarían los ejercicios en los cuales mediante la imaginación y
usando la meditación como herramienta principal buscamos elevar los niveles y
caudales de energía de diferentes puntos de nuestro cuerpo, que pueden ser
zonas, órganos, vasos (energéticos) y meridianos. Si los niveles de energía son
bajos, con el Nei Dan buscamos elevarlos mediante el uso de la mente,
recordemos como el Yi (mente) dirigía el Qi. Aquí la energía general del cuerpo
aumenta debido al estímulo mental desde lo interno a lo externo. En esta
categoría entran los ejercicios de meditación, el apartado del Ji Jin Jing de
la órbita microcósmica, la gran circulación, la respiración embrionaria y los
ejercicios internos del Lavado de la médula ósea. Nei Dan va de lo proximal a
lo distal, la energía se potencia en el torso y órganos, y de allí se dirige a
las extremidades. Wai Dan va de lo distal a lo proximal, la energía se potencia
en las extremidades y de allí se dirige al torso.
Entonces un mismo ejercicio o apartado puede tener trabajos
diferenciados de Nei Dan o Wai Dan, por ejemplo el Ji Jin Jing tiene un
segmento de Wai Dan (masajes, calistenia de brazos) y un apartado de Nei Dan
(circulación menor y mayor). El Lavado de la médula ósea contiene como Wai Dan
masajes y entrenamiento con pesos, y como Nei Dan ejercicios de meditación y
conducción de energía interna.
Todo esto nos da como
pauta que quizás un mismo ejercicio puede interpretarse como de Nei Dan o Wai
Dan, según dónde pongamos el foco de atención. Así una postura estática donde
estemos tratando de aumentar el ángulo de flexión corresponde más a un
ejercicio de Wai Dan por el estímulo sobre las extremidades, pero ese mismo
ejercicio focalizado en realizar un recorrido sobre un vaso, órgano o meridiano
energético encajaría más con la categoría de Nei Dan, más allá de que se vea
como el mismo ejercicio.
Se puede ver en las páginas 36- 37
CONTROL MUSCULAR VOLUNTARIO
Cuando no tenemos idea de cómo
aprender a relajar un músculo, una buena aproximación es primero aprender a
tensarlo. Sabiendo cuándo y cómo tensarlo, tendremos más herramientas para
saber cuándo y cómo relajarlo.
Si accionamos un músculo voluntariamente es porque sabemos
localizarlo y tenemos control sobre él. Localización y control es todo lo que
necesitamos para relajar un músculo, y la tensión voluntaria nos acerca a esa
habilidad.
Generalmente la
tensión es presentada como el villano de los trabajos corporales internos, pero
no es así, porque si no hubiera tensión no podríamos siquiera mantenernos en
pie (yin y yang para lograr la armonía). El verdadero culpable de la mala
técnica corporal es no saber diferenciar qué músculo tensar y cual relajar en
un movimiento determinado o tensar o relajar indiscriminadamente.
Este ejercicio no es para aislar la musculatura como un
fisicoculturista, sino simplemente para tomar conciencia de cómo se tensan o se
relajan los músculos individualmente. De esta manera podremos relajar músculos
que no necesitemos tensar en determinada acción o que impidan que nos
mantengamos relajados en una postura.
Para comenzar podemos elegir algún músculo al azar o mirar
una lámina de anatomía que tenga la descripción de la musculatura humana.
Empezaremos por tensar los grupos musculares más grandes y de más frecuente uso
(bíceps, cuádriceps y músculos del rostro). Luego podremos pasar a los músculos
más difíciles de controlar (pectorales, glúteos, tríceps, lumbares y gemelos).
Primero debemos localizar y aislar el músculo a trabajar.
Para saber cómo se tensiona ese músculo es fundamental saber el movimiento que
realiza. Como no todos tenemos un atlas de anatomía funcional en nuestros
bolsos, un sencillo método es ofrecer resistencia a la acción que genera ese músculo.
Por ejemplo si queremos tensar sólo los gemelos, apoyaremos la zona del
metatarso en el piso y lo empujaremos como si quisiéramos levantar el talón del
pie. Inmediatamente notaremos que las pantorrillas se tensan, una vez que
tengamos control sobre ellas podremos omitir la resistencia.
Localizado el
músculo, tomaremos aire progresivamente y mientras lo tensaremos. Exhalaremos lentamente,
coordinando la relajación progresiva del músculo con la salida del aire, e
imaginaremos que con la exhalación el músculo se relaja más de lo que estaba
antes de empezar a tensarlo.
El próximo paso será
ir escaneando el cuerpo progresivamente. Podemos empezar con los músculos de la
pantorrilla para luego pasar a los muslos, glúteos, abdomen, etcétera. De esta
manera podremos recorrer todo el cuerpo, tomando control sobre los músculos por
separado.
Otro trabajo importante es aprender a tensar el músculo
agonista (el que realiza una acción) y el antagonista (el que realiza la acción
contraria), intercalando la tensión entre uno y otro.
Por ejemplo podremos
contraer una vez el bíceps mientras mantenemos relajado el tríceps y viceversa.
Podemos encontrar diversos juegos a nuestro antojo que hagan que cada vez
tengamos más control sobre nuestro sistema muscular.
1) Encontrar el músculo y entender su función
2) Tensar y relajar el músculo
3) Barrer el cuerpo
4) Jugar con los músculos antagonistas
El estudio de las
posturas estáticas es uno de los primeros niveles para aprender a desarrollar
energía en todo el cuerpo, primero se aquieta y relaja el sistema para luego
progresivamente ir comprendiendo cómo cada una de sus partes se relajan y se
tensan en sincronía. Con el paso del tiempo se irá aprendiendo cómo relajar y
tensar no sólo determinadas partes si no el cuerpo como un todo. Esta es la
llave para dos elementos: la relajación y el control de nuestro cuerpo y el
desarrollo del cuerpo como un ente unificado de poder y potencia.
Todos estos trabajos también
irán trazando un surco que hará que la mente y el cuerpo se vayan unificando de
a poco, que es uno de los objetivos más importantes de esta práctica.
Podemos aprovechar el tiempo muerto que se nos presenta en
la cola de un banco o en el colectivo, un viaje de 30 minutos es una sesión de
entrenamiento que podemos utilizar para realizar control muscular o ejercicios
de visualización y meditación.
No se necesita un
salón especial de práctica ni un momento específico, repetimos: puede ser en
cualquier situación de la vida cotidiana. SI BIEN EL TRABAJO REALIZADO USANDO
TIEMPO MUERTO Y DE MANERA OCASIONAL ES PROVECHOSO, NUNCA HAY QUE CONVERTIRLO EN
EL ESPACIO PRINCIPAL DEL ENTRENAMIENTO. Nuestro cuerpo también debe sentir que
le estamos dedicando un momento especial a esa práctica, entonces podremos
relajar la mente porque no habrá ningún apuro ni influencia externa que nos
distraiga. Recordemos que los aspectos “ceremoniales” como preparar un lugar,
cambiarse la ropa, adecuar el lugar sirven también para ir predisponiendo la
mente al trabajo. No hay que subestimarlos y caer ansiosamente en realizar sólo
ejercicios en lugares públicos o en los que debamos ocupar nuestro preciado
tiempo.
Muchos de los ejercicios no encajan con el concepto de
preparación física, se engloban más bien dentro de lo que podría llamarse Nei
Kung (entrenamiento interno). Más allá de todo misticismo, el Nei Kung es
sencillamente involucrar el desarrollo de los grupos musculares y funciones que
uno no pone en acción usualmente en otros apartados.
Se puede ver en las páginas 62-64
Wu Chi es el fenómeno previo a todo lo conocido, es un
concepto taoísta que puede llegar a traducirse y entenderse como algo que no
posee extremos o como la gran nada. Es anterior a la creación del cosmos,
cuando todo se encontraba combinado en una homogeneidad. En Wu Chi el Yin y el
Yang no están divididos, no hay opuestos ni complementariedades porque se
encuentran unidos. En occidente es conocido como la teoría del Big Bang, según
la cual el universo se encontraba comprimido en un pequeño punto hasta que
estalló y generó todo lo conocido.
Marcialmente hablando existe una postura llamada Wu Chi, que
Sun Lu Tang definía como “el estado natural que ocurre antes de que uno
comience la práctica de Artes Marciales”. En esa instancia uno se encuentra
vacío y receptivo en lo que se refiere a la actitud mental y física, para luego
poder generar todas las demás cosas.
En muchas escuelas de Tai Chi antes de comenzar cualquier
práctica se realizan 20 minutos de Wu Chi para que el alumno pueda adentrarse
en la quietud. Luego podrá atesorar esa sensación y trasladarla a la forma.
Comenzaremos la
práctica de meditación de pie con esta postura, ideal para desarrollar la parte
meditativa porque es una de las que menos exigencia física requiere. Esto hará
que nuestra mente no sea distraída por dolores o fatiga como en las otras
posturas que presentaremos, que tienen un mayor componente físico.
Al realizar esta postura nuestra mente tiene que estar
vacía, sin pensamientos ni intenciones, con el corazón vacío. Aquí no hay
distinción entre Yin y Yang, no hay positivos o negativos, blandos o duros,
activos o pasivos, sólo una gran nada.
Este sería el estado ideal antes de comenzar cualquier tipo
de práctica: la mente sin pensamientos (o con muy pocos), la mirada sin foco y
el cuerpo completamente quieto, dispuesto a recibir y generar todo.
Antes de pensar en nada, nuestro primer y posible objetivo
será lograr que nuestro cuerpo haga nada. En primera instancia esto sería
quedarse totalmente inmóvil durante un determinado período de tiempo y si bien
esto parece fácil, en la práctica no lo es.
Luego tenemos que lograr que nuestra mente no haga nada. Si
esto es una condición natural en nosotros o hemos tenido algún tipo de
entrenamiento meditativo previo, podemos ir directo por ese camino. Ahora, si
no se tiene ese tipo de preparación, hacer el iluso intento de ponerse a
“pensar en nada” sólo producirá una nada de resultados.
Meditación: Aplicar
atentamente el pensamiento a la consideración de una cosa o discurrir sobre
ella. Disciplinar la mente. Poner la atención en una sola cosa. Unificar la
mente con el cuerpo. Aplicar el espíritu en un asunto específico.
Tratar de “no pensar” sólo empeora las cosas
Comenzar a encarar un
trabajo de meditación en posturas estáticas con la idea de no pensar en nada es
una tontería que sólo producirá estrés para nuestra mente y espíritu. Es mejor
PENSAR EN UNA SOLA COSA -algo ya difícil- o al menos tratar de disminuir la
cantidad de pensamientos aleatorios que ATACAN nuestra cabeza.
Cuando nuestra mente
logra estar enfocada en un solo objetivo las ondas cerebrales disminuyen, de
esa manera uno está más tranquilo, gasta menos energía y puede reaccionar
natural y espontáneamente ante cualquier estímulo externo.
Primero debemos concentrarnos en un pensamiento o acción
tangible, algo que además de facilitarnos el enfoque en un punto, regule
nuestra condición física y mental. Algunos ejemplos podrían ser:
- Escuchar nuestra
respiración
- Elegir una parte del cuerpo y sentirla
- Estar atento a los
cambios del equilibrio corporal
- Ceder a las
tensiones musculares (y emocionales)
Si podemos mantener la mente en alguno de estos puntos
durante muchos minutos, no sólo mejoraremos distintos aspectos de nuestro
cuerpo, además lograremos pasar la primera etapa, que es poder mantenernos
concentrados y focalizados. Recordemos que la mente comenzará a limpiarse si
podemos mantenerla en un solo pensamiento.
El objetivo de estos
ejercicios es dejar la mente dentro del cuerpo, porque si la llevamos a algo
externo a nuestro cuerpo, estará fuera de él. En cambio si se encuentra en
algún punto del cuerpo, la mente no estará en la mente, pero estará dentro de
nuestro cuerpo.
El gran truco es
simplemente QUEDARSE SINTIENDO EL CUERPO.
Cuando nos queramos dar cuenta, no estaremos pensando en
nada, simplemente estaremos sintiendo algo y así le habremos dado un merecido
descanso a nuestra cabeza.
Se puede ver en las páginas 74-77