1 feb 2016

CONCEPTOS PARA COMPRENDER LA MEDITACIÓN DE PIE




Esta sección revisaremos algunos conceptos del libro “MANUAL DE POSTURAS ESTATICAS: MEDITACIÓN DE PIE” (2007) escrito por el profesor Jerónimo Milo.
El maestro Milo es un destacado practicante de estilos tradicionales radicado en Argentina y que ha estudiado con importantes profesores en diversos países. Ha sido competidor destacado,  dedicándose ahora a la práctica, la docencia y al periodismo.
La obra que presentamos puede ayudar a comprender  y mejorar la meditación de pie, la cual es elemento fundamental en el entrenamiento serio del Taijiquan estilo Chen. El texto está escrito de manera clara  y con bastante fundamentación
Gracias a la generosidad de Jerónimo Milo compartimos algunos fragmentos del libro (si desean conseguir el texto electrónico favor de contactar al autor vía Facebook y/o al correo jeronimomilo@gmail.com).
Disfruten fragmentos del texto



En su apartado “armonías internas” se define de manera sencilla cómo el corazón armoniza con la intención (Yi o mente), la intención con el Qi (chi) y el Qi guía el movimiento, estas son pautas fundamentales de comprensión de los sistemas que expondremos en el libro.
 Pero la teoría del Chi Kung (Qi Gong) es un poco más abarcativa, así que para tener una mejor comprensión vamos a extender los términos y conceptos usados generalmente en las terapias medicinales tradicionales chinas y en los métodos de Qi Gong clásicos.
Para empezar debemos saber que hay diferentes métodos y estilos de Qi Gong, todos aplicados a diferentes funciones y propósitos. Los hay con fines medicinales, terapéuticos, marciales, religiosos, de iluminación, sexuales, para causar daño o para sanar a otros.
Una categorización básica que nos ayudará a entender la manera en que se los practica es el concepto de Nei Dan y Wai Dan. “Nei” significa “interno”. “Wai” significa “externo”. “Dan” es elixir (encontramos esta palabra en Dan Tian, que significa “campo de elixir”).
 Nei Dan sería “elixir interno” y Wai Dan “elixir externo”, implicando de esta manera que para los antiguos chinos la fórmula de la eterna juventud no era un elemento ajeno al cuerpo, sino que se encontraba dentro de él.
Definimos de manera simple Wai Dan como todos aquellos ejercicios en donde busquemos aumentar el caudal de Qi desde lo externo. Por lo general se denomina “externo” a las extremidades o las capas más superficiales de cualquier parte del cuerpo. En esta categoría entrarían los ejercicios que involucren masajes o golpes y todos aquellos en los que moviendo o activando las extremidades del cuerpo generemos una diferencia de potencia energética. Aquí la concentración y la actividad física se concentran primordialmente sobre las extremidades.
La búsqueda del Wai Dan es sencilla, si el nivel de energía es bajo en el cuerpo, excitamos las extremidades ejercitándolas. Durante el transcurso de la actividad las extremidades estarán más cargadas de energía debido al trabajo, esto provocará que cuando descansemos o aflojemos esa zona la diferencia de potencia de las extremidades INUNDE el resto del cuerpo, elevando los niveles generales de energía. Este flujo reforzado también libera estancamientos en meridianos y órganos.
Entran en esta categoría los Ejercicios clásicos como Ji Jin Jing (I Kin Kin), Ba Duan Jin, La Sao (sacudón de manos), los masajes y golpes sobre el cuerpo, y cualquier actividad física de estimulación de las extremidades.
Definimos Nei Dan como todos aquellos ejercicios en donde busquemos aumentar el caudal de Qi desde lo interno. Se denomina “interno” a todo lo que suceda desde las partes profundas de nuestro torso. En esta categoría entrarían los ejercicios en los cuales mediante la imaginación y usando la meditación como herramienta principal buscamos elevar los niveles y caudales de energía de diferentes puntos de nuestro cuerpo, que pueden ser zonas, órganos, vasos (energéticos) y meridianos. Si los niveles de energía son bajos, con el Nei Dan buscamos elevarlos mediante el uso de la mente, recordemos como el Yi (mente) dirigía el Qi. Aquí la energía general del cuerpo aumenta debido al estímulo mental desde lo interno a lo externo. En esta categoría entran los ejercicios de meditación, el apartado del Ji Jin Jing de la órbita microcósmica, la gran circulación, la respiración embrionaria y los ejercicios internos del Lavado de la médula ósea. Nei Dan va de lo proximal a lo distal, la energía se potencia en el torso y órganos, y de allí se dirige a las extremidades. Wai Dan va de lo distal a lo proximal, la energía se potencia en las extremidades y de allí se dirige al torso.
Entonces un mismo ejercicio o apartado puede tener trabajos diferenciados de Nei Dan o Wai Dan, por ejemplo el Ji Jin Jing tiene un segmento de Wai Dan (masajes, calistenia de brazos) y un apartado de Nei Dan (circulación menor y mayor). El Lavado de la médula ósea contiene como Wai Dan masajes y entrenamiento con pesos, y como Nei Dan ejercicios de meditación y conducción de energía interna.
 Todo esto nos da como pauta que quizás un mismo ejercicio puede interpretarse como de Nei Dan o Wai Dan, según dónde pongamos el foco de atención. Así una postura estática donde estemos tratando de aumentar el ángulo de flexión corresponde más a un ejercicio de Wai Dan por el estímulo sobre las extremidades, pero ese mismo ejercicio focalizado en realizar un recorrido sobre un vaso, órgano o meridiano energético encajaría más con la categoría de Nei Dan, más allá de que se vea como el mismo ejercicio.
Se puede ver en las páginas 36- 37

CONTROL MUSCULAR VOLUNTARIO
 Cuando no tenemos idea de cómo aprender a relajar un músculo, una buena aproximación es primero aprender a tensarlo. Sabiendo cuándo y cómo tensarlo, tendremos más herramientas para saber cuándo y cómo relajarlo.
Si accionamos un músculo voluntariamente es porque sabemos localizarlo y tenemos control sobre él. Localización y control es todo lo que necesitamos para relajar un músculo, y la tensión voluntaria nos acerca a esa habilidad.
 Generalmente la tensión es presentada como el villano de los trabajos corporales internos, pero no es así, porque si no hubiera tensión no podríamos siquiera mantenernos en pie (yin y yang para lograr la armonía). El verdadero culpable de la mala técnica corporal es no saber diferenciar qué músculo tensar y cual relajar en un movimiento determinado o tensar o relajar indiscriminadamente.
Este ejercicio no es para aislar la musculatura como un fisicoculturista, sino simplemente para tomar conciencia de cómo se tensan o se relajan los músculos individualmente. De esta manera podremos relajar músculos que no necesitemos tensar en determinada acción o que impidan que nos mantengamos relajados en una postura.
Para comenzar podemos elegir algún músculo al azar o mirar una lámina de anatomía que tenga la descripción de la musculatura humana. Empezaremos por tensar los grupos musculares más grandes y de más frecuente uso (bíceps, cuádriceps y músculos del rostro). Luego podremos pasar a los músculos más difíciles de controlar (pectorales, glúteos, tríceps, lumbares y gemelos).
Primero debemos localizar y aislar el músculo a trabajar. Para saber cómo se tensiona ese músculo es fundamental saber el movimiento que realiza. Como no todos tenemos un atlas de anatomía funcional en nuestros bolsos, un sencillo método es ofrecer resistencia a la acción que genera ese músculo. Por ejemplo si queremos tensar sólo los gemelos, apoyaremos la zona del metatarso en el piso y lo empujaremos como si quisiéramos levantar el talón del pie. Inmediatamente notaremos que las pantorrillas se tensan, una vez que tengamos control sobre ellas podremos omitir la resistencia.
 Localizado el músculo, tomaremos aire progresivamente y mientras  lo tensaremos. Exhalaremos lentamente, coordinando la relajación progresiva del músculo con la salida del aire, e imaginaremos que con la exhalación el músculo se relaja más de lo que estaba antes de empezar a tensarlo.
 El próximo paso será ir escaneando el cuerpo progresivamente. Podemos empezar con los músculos de la pantorrilla para luego pasar a los muslos, glúteos, abdomen, etcétera. De esta manera podremos recorrer todo el cuerpo, tomando control sobre los músculos por separado.
Otro trabajo importante es aprender a tensar el músculo agonista (el que realiza una acción) y el antagonista (el que realiza la acción contraria), intercalando la tensión entre uno y otro.
 Por ejemplo podremos contraer una vez el bíceps mientras mantenemos relajado el tríceps y viceversa. Podemos encontrar diversos juegos a nuestro antojo que hagan que cada vez tengamos más control sobre nuestro sistema muscular.
1) Encontrar el músculo y entender su función
2) Tensar y relajar el músculo
3) Barrer el cuerpo
4) Jugar con los músculos antagonistas

 El estudio de las posturas estáticas es uno de los primeros niveles para aprender a desarrollar energía en todo el cuerpo, primero se aquieta y relaja el sistema para luego progresivamente ir comprendiendo cómo cada una de sus partes se relajan y se tensan en sincronía. Con el paso del tiempo se irá aprendiendo cómo relajar y tensar no sólo determinadas partes si no el cuerpo como un todo. Esta es la llave para dos elementos: la relajación y el control de nuestro cuerpo y el desarrollo del cuerpo como un ente unificado de poder y potencia.
 Todos estos trabajos también irán trazando un surco que hará que la mente y el cuerpo se vayan unificando de a poco, que es uno de los objetivos más importantes de esta práctica.
Podemos aprovechar el tiempo muerto que se nos presenta en la cola de un banco o en el colectivo, un viaje de 30 minutos es una sesión de entrenamiento que podemos utilizar para realizar control muscular o ejercicios de visualización y meditación.
 No se necesita un salón especial de práctica ni un momento específico, repetimos: puede ser en cualquier situación de la vida cotidiana. SI BIEN EL TRABAJO REALIZADO USANDO TIEMPO MUERTO Y DE MANERA OCASIONAL ES PROVECHOSO, NUNCA HAY QUE CONVERTIRLO EN EL ESPACIO PRINCIPAL DEL ENTRENAMIENTO. Nuestro cuerpo también debe sentir que le estamos dedicando un momento especial a esa práctica, entonces podremos relajar la mente porque no habrá ningún apuro ni influencia externa que nos distraiga. Recordemos que los aspectos “ceremoniales” como preparar un lugar, cambiarse la ropa, adecuar el lugar sirven también para ir predisponiendo la mente al trabajo. No hay que subestimarlos y caer ansiosamente en realizar sólo ejercicios en lugares públicos o en los que debamos ocupar nuestro preciado tiempo.
Muchos de los ejercicios no encajan con el concepto de preparación física, se engloban más bien dentro de lo que podría llamarse Nei Kung (entrenamiento interno). Más allá de todo misticismo, el Nei Kung es sencillamente involucrar el desarrollo de los grupos musculares y funciones que uno no pone en acción usualmente en otros apartados.
Se puede ver en las páginas 62-64


Wu Chi es el fenómeno previo a todo lo conocido, es un concepto taoísta que puede llegar a traducirse y entenderse como algo que no posee extremos o como la gran nada. Es anterior a la creación del cosmos, cuando todo se encontraba combinado en una homogeneidad. En Wu Chi el Yin y el Yang no están divididos, no hay opuestos ni complementariedades porque se encuentran unidos. En occidente es conocido como la teoría del Big Bang, según la cual el universo se encontraba comprimido en un pequeño punto hasta que estalló y generó todo lo conocido.
Marcialmente hablando existe una postura llamada Wu Chi, que Sun Lu Tang definía como “el estado natural que ocurre antes de que uno comience la práctica de Artes Marciales”. En esa instancia uno se encuentra vacío y receptivo en lo que se refiere a la actitud mental y física, para luego poder generar todas las demás cosas.
En muchas escuelas de Tai Chi antes de comenzar cualquier práctica se realizan 20 minutos de Wu Chi para que el alumno pueda adentrarse en la quietud. Luego podrá atesorar esa sensación y trasladarla a la forma.
 Comenzaremos la práctica de meditación de pie con esta postura, ideal para desarrollar la parte meditativa porque es una de las que menos exigencia física requiere. Esto hará que nuestra mente no sea distraída por dolores o fatiga como en las otras posturas que presentaremos, que tienen un mayor componente físico.
Al realizar esta postura nuestra mente tiene que estar vacía, sin pensamientos ni intenciones, con el corazón vacío. Aquí no hay distinción entre Yin y Yang, no hay positivos o negativos, blandos o duros, activos o pasivos, sólo una gran nada.
Este sería el estado ideal antes de comenzar cualquier tipo de práctica: la mente sin pensamientos (o con muy pocos), la mirada sin foco y el cuerpo completamente quieto, dispuesto a recibir y generar todo.
Antes de pensar en nada, nuestro primer y posible objetivo será lograr que nuestro cuerpo haga nada. En primera instancia esto sería quedarse totalmente inmóvil durante un determinado período de tiempo y si bien esto parece fácil, en la práctica no lo es.
Luego tenemos que lograr que nuestra mente no haga nada. Si esto es una condición natural en nosotros o hemos tenido algún tipo de entrenamiento meditativo previo, podemos ir directo por ese camino. Ahora, si no se tiene ese tipo de preparación, hacer el iluso intento de ponerse a “pensar en nada” sólo producirá una nada de resultados.


 Meditación: Aplicar atentamente el pensamiento a la consideración de una cosa o discurrir sobre ella. Disciplinar la mente. Poner la atención en una sola cosa. Unificar la mente con el cuerpo. Aplicar el espíritu en un asunto específico.


Tratar de “no pensar” sólo empeora las cosas


 Comenzar a encarar un trabajo de meditación en posturas estáticas con la idea de no pensar en nada es una tontería que sólo producirá estrés para nuestra mente y espíritu. Es mejor PENSAR EN UNA SOLA COSA -algo ya difícil- o al menos tratar de disminuir la cantidad de pensamientos aleatorios que ATACAN nuestra cabeza.
 Cuando nuestra mente logra estar enfocada en un solo objetivo las ondas cerebrales disminuyen, de esa manera uno está más tranquilo, gasta menos energía y puede reaccionar natural y espontáneamente ante cualquier estímulo externo.
Primero debemos concentrarnos en un pensamiento o acción tangible, algo que además de facilitarnos el enfoque en un punto, regule nuestra condición física y mental. Algunos ejemplos podrían ser:
 - Escuchar nuestra respiración
- Elegir una parte del cuerpo y sentirla
 - Estar atento a los cambios del equilibrio corporal
 - Ceder a las tensiones musculares (y emocionales)
Si podemos mantener la mente en alguno de estos puntos durante muchos minutos, no sólo mejoraremos distintos aspectos de nuestro cuerpo, además lograremos pasar la primera etapa, que es poder mantenernos concentrados y focalizados. Recordemos que la mente comenzará a limpiarse si podemos mantenerla en un solo pensamiento.
 El objetivo de estos ejercicios es dejar la mente dentro del cuerpo, porque si la llevamos a algo externo a nuestro cuerpo, estará fuera de él. En cambio si se encuentra en algún punto del cuerpo, la mente no estará en la mente, pero estará dentro de nuestro cuerpo.
 El gran truco es simplemente QUEDARSE SINTIENDO EL CUERPO.
Cuando nos queramos dar cuenta, no estaremos pensando en nada, simplemente estaremos sintiendo algo y así le habremos dado un merecido descanso a nuestra cabeza.

Se puede ver en las páginas 74-77